ETNOAPICULTURA

COLMENARES O CORTINES

     Colmenares, cortines o cortinos se distribuyen por las montañas sanabresas, construidos antaño con el único fin de proteger las colmenas del ataque de osos, tejones, zorros e incluso de los daños que ocasionalmente producía el ganado, también de algún amigo de lo ajeno e incluso de posibles incendios forestales.
     La magnitud de este tipo de construcciones denota la importancia de la producción de miel y cera en la economía tradicional. Por otro lado no deja de ser otro ejemplo de la lucha por la supervivencia entre hombres y animales.

Colmenar de Cerdillo, Sanabria (Zamora)

"El Curmeneiro" San Ciprián de Sanabria (Zamora)

COLMENAS TRADICIONALES

     Colmena, truébano, cortizo, abelleira, trobo, cubo y colmea,  de todas estas formas se llamaban las colmenas tradicionales que en Sanabria podían estar fabricadas en corcho o hechas con el tronco hueco de un árbol, pero siempre cumpliendo con las medidas y proporciones que facilitaban el crecimiento normal de la colonia a la vez que permitía  que las abejas mantuvieran  una temperatura adecuada en su interior. Para dar una mayor estabilidad a los panales en su interior cruzaban palos.

LAGARES DE CERA

     Antaño la cera y la miel eran los productos más preciados de las abejas, debido a que era la principal fuente de luz artificial y el único edulcorante del que se disponía.  Existía una pequeña industria que tenia como fin purificar la cera de los panales para su posterior transformación o comercialización, para ello se construyeron lagares como los que todavía podemos ver hoy en Robledo y en Sagallos. Pero que en la actualidad se encuentran en desuso debido al declive de la industria de la cera, que con la llegada de la luz eléctrica a los hogares disminuyo notablemente y actualmente ha sido sustituida por el uso de parafinas.

Lagar de cera de Robledo (Zamora)

Lagar de cera en Sagallos (Zamora)

     La base del funcionamiento de estos lagares de cera es exactamente la misma que la de los lagares de vino que se fundamenta en la fuerza de la palanca para multiplicar la fuerza ejercida y así obtener mejores rendimientos.

     Antaño, no era muy común que existieran grandes explotaciones apícolas, pero por el contrario prácticamente todas las familias contaban con algunas colmenas fijistas.

     El primer paso, antes de llevar la cera al lagar, consistía en sacar toda la miel de los panales, y para aprovechar cualquier resto de miel que quedara se metían estos en un caldero con agua muy caliente, donde al remover bien la mezcla, la cera flotaba y con las manos se hacían bolas que se apretaban bien para aprovechar todo resto de miel que pudiera quedar mezclado. Una vez retirada toda la cera del caldero quedaba una mezcla de agua con los restos de miel que llamaban aguamiel.

     Una vez bien compactada la cera en bolas las introducían en la caldera de cobre con agua caliente para fundirlas y así obtener la cera líquida. Esta cera liquida la vertian sobre esteras de esparto (serones o redeños) colocandolas en el hueco del pilo una sobre otra hasta llenarlo de esta manera quedaban superpuestas capas sucesivas de cera intercaladas con los redeños  que hacen la función de filtros. En ese momento ya se podía ejercer la presión sobre el pilo lleno de cera, para ello se retiraban los jubos de las bernias y se giraba el torno para que la fuerza de la palanca ejerciera toda su presión sobre el cepo que presiona el interior del pilo.Así era como comenzaba a circular la cera limpia por las tres pilas:el primer depósito de piedra dispuesto a continuación del pilo retenia el agua y las impurezas, escurriendo todo la cera y algo de agua a la segunda pila, para finalmente pasar solo la cera limpia a la tercera y última de las pilas de decantación. Las esteras de esparto cargadas de impurezas retenidas, se limpiaban para poder seguirlas  utilizando de nuevo en este proceso cíclico de filtrado por presión. La cera limpia obtenida se vertía en recipientes de madera de unos treinta kilos de capacidad donde endurecía. Los bloques de cera se colocaban en el tejado del lagar, al sol, de esta manera se conseguía que la cera blanqueara. Finalmente ya estaban listos para la venta o para ser convertidos en el mismo lagar en velas o cirios que las mujeres elaboraban durante las largas noches de invierno.

UTENSILIOS ANTIGUOS

CASTRADERA:

APELATIVOS POPULARES PARA LA ABEJA

Abeilla: en Sanabria de habla leonesa 
Abella: en Sanabria de habla gallega (también en la de habla leonesa) 
Abeya: en la Carballeda, Aliste y también Sayago
Abaya: en Riodonor
Abeiya: en Aliste
Abea: en Sayago
Beja: en Toro